viernes, 2 de julio de 2010

LA NOCHE MÁS ORIENTAL XI


( capítulo XI )

La noche de Reyes era la única ocasión en que se quebraba, dentro de un orden, la austeridad requerida por la escasez de aquellos cutres años y por la circunstancia de ser tantísimos hermanos, que daba derecho a carnet de familia numerosa de primera categoría. Habían quedado atrás, eso sí, las cartillas de racionamiento, aunque no los productos de estraperlo. ¡Lo tengo rubio! decía una estraperlista de la Gran Vía cuando pasaba un señorito. Se refería a los cigarrillos americanos de contrabando y sin filtro. Camel, Chesterfield, Lucky Strike o Pall Mall.

En el salón grande, cada miembro de la familia, servicio incluido, ponía su mejor par de zapatos debajo de tresillos, sofás, mesas, bargueños, vitrinas, tibores, cubrerradiadores y demás armatostes susceptibles de albergar regalos, presentes y liberalidades. Para mi mente infantil pero ya, ¡ay!, cartesiana, la prueba de que los regalos eran traídos por los Reyes Magos y no por los padres se basaba en la presunción económica de que la suma de todo aquel lujo bizantino que se nos ofrecía donosamente no podía salir de los ahorros familiares. ¡Angelico de mí!

En contra de tan mágico origen jugaba el razonamiento, también racionalista, de que los Reyes de Oriente y su comitiva no tenían tiempo en una sola noche de abastecer a todos y cada uno de los niños de la católica España. Ni aun excluyendo de tal donación a los niños pobres y huérfanos me salían las cuentas. Ni tan siquiera descontando a los chaveas de padres protestantes, comunistas, republicanos, judíos y masones.

Con todo y con eso ganaba Oriente, pues mi corazón sabía que la fantasía y la poesía vienen de allá y que de Occidente no se debe esperar más que prosa prosaica y especulaciones, silogismos y otras pendejadas . Cuanto más insistían mis camaradas de clase en que los Reyes eran los padres, menos me lo creía yo. Una leyenda conmueve. La Historia, con mayúscula, tiene buena imagen, buen cartel, pero... no me fío de ella y me deja frío como agua del río. La poesía puede y debe transgredir todas las normas. La Historia, por contra, sólo debe ser fiel a la ley de la muerte, único dato incontrovertible. Tengo para mí que los Reyes Magos simbolizan, en su diversidad y exotismo, al mundo todo. Pioneros de la convivencia de razas y civilizaciones, de que se lleven bien las tres culturas, ¡qué carallo! Difícil será que hagan las paces las tres religiones monoteístas, porque cada una de ellas cree ser la única entera y verdadera. ¡Qué le vamos a hacer!

8 comentarios:

  1. "La religión es el opio del pueblo".- El Inmnombrable.
    Cuando se dijo esta frase, el opio era una medicina que mitigaba el dolor, no una droga dependiente ( eso vino después).
    Ni analgésico ni droga, creo que se puede amablemente precindir de la religión como de un Rolex o un reloj de arena.
    Me quedo con mis tres Reyes Magos y la simbología de su ilusión e inocencia infantil ( independientemente de su adhesión al catolicismo, hinduismo o islamismo) ( tanto monta, monta tanto ).

    Entrañable el viaje al que nos invitas y la elegancia de tu invitación.

    Mil besos.
    PD: ¿Qué te trajeron los Reyes laicos, Manuel?

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  2. MAÑANA, QUE HOY ME AGOTAN TUS EMOCIONES, TAN COMPARTIDAS Y POR MÍ QUERIDAS...ME ZAMBULLO CON MI DELFÍN EN LOCHE MÁS HERMOSA. BESO Y FIRMO

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  3. Hola Manuel , el capitulo XI de la noche de Reyes, esta sensacional como lo narras. Me has recordado a mi época de noche de Reyes de cuando era niña , con mis hermanos que eramos muchos , las familias de antes casi todas eran muy numerosas , con la ilusión puesta en esa noche mágica, vista con ojos de niños y a pesar de empezar a sospechar quien eran los Reyes Magos reales , seguía siendo la noche de la ilusión de todos los niños del mundo que celebrábamos la Navidad. Esperábamos la noche de reyes deseosos de ver lo que nos habían traído sus Majestades .....
    A mi de los tres reyes me gustaba Baltasar.
    Un abrazo de MA para ti querido amigo.

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  4. No se si fue Dalí quien dijo que lo original era conocer y no perder su origen ( o algo así ). Con este relato, amigo, revivo la "cabalgata", la nariz pegada al escaparate y sobre todo la capacidad de imaginación y fantasía.
    Un abrazo

    Maite

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  5. Creer en los Reyes Magos, por más que se disfracen de padres para disimular, es una rebeldía, un acto de desobediencia civil como no hay otro. Por experiencia te digo que los Reyes Magos de Oriente, pero tan de Oriente que se salen del planeta, son el último reducto del corazón optimista, el que sobrevive a todas las mezquindades de la edad adulta.

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  6. NO LO HABÍA VISTO ASÍ, AMIGA AMALTEA. ¡ME GUSTA TU PUNTO DE VISTA! LA FORMACIÓN ARISTOTÉLICA-TOMISTA-CARTESIANA ES UN LASTRE QUE VOY SOLTANDO COMO PUEDO, SI BIEN PROCURO NO CONTAMINAR EL ENTORNO, NO SEA QUE ME MULTEN POR POLUCIONAR A LOS CATETOS RACIONALISTAS...

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  7. Una pequeña ilusión que pervive, hundida por las pisadas de la vida. Espera, quizás, a que la vejez venza... para volver a retomarnos.


    Un saludo!

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  8. ¡SUSI,REINA DE LAS BRUMAS CELTAS!... BESO LAS LETRAS QUE ME MANDAS ¡GRACIAS!

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Pienso que l@s comentarist@s preferirán que corresponda a su gentileza dejando yo, a mi vez, huella escrita en sus blogs, antes bien que contestar en mi propio cuaderno. ¡A mandar!