sábado, 30 de noviembre de 2013

ESCRITURA Y LITERATURA


(foto del autor)

"La literatura se compone de un ochenta por ciento de exhibicionismo
y de un veinte por ciento de relleno"
 (Sandor MÁRAI)

En tiempos del ilustre suicida magiar los libros se componían de papel y de palabras, bien o mal ensambladas.
A partir de hace no mucho, la escritura se compone, tan solo, de palabras. El papel es un lujo arboricida. La literatura está en la nube. En las nubes de un limbo que ya no existe. Como la mula y el buey. Como el incipiente y hoy maltrecho Estado del Bienestar. Como yo mismo.

viernes, 29 de noviembre de 2013

La saliva es tu amiga


                                                               (foto tomada por mí)

La “epidemia de alergias” de las últimas décadas ha triplicado el número de personas que sufren intolerancias alimentarias, alergias o asmas.

Alrededor de uno de cada trece niños norteamericanos es intolerante a la leche o a los cacahuetes. Los científicos creen que es bueno exponer a temprana edad a los niños a los gérmenes.

Un estudio sueco recomienda que los padres limpien los chupetes de de sus bebés lamiéndolos.

Joel Berg, presidente de la Academia Estadounidense de Odontología Pediátrica, asegura que los hallazgos respaldan lo que lleva años explicando a sus pacientes: “La saliva es tu amiga”. Contiene enzimas, proteínas, electrolitos y otras sustancias beneficiosas, algunas de las cuales pueden transmitirse de padres a hijos.

 Estudio publicado en el The New York Times, International Weekly, el jueves 28 de noviembre de 2013.

Por mi parte, ante la evidencia científica, solamente me queda añadir que me presto voluntario para ser inoculado salivarmente por Emily di Donato o cualesquiera otra mujer donante de parecidas características morfológicas.

Di Donato

sábado, 23 de noviembre de 2013

El ratón que se comía mi jabón


Érase que se era un ratón de campo que se comía mi jabón.

Hace mucho tiempo era costumbre, en años de magra cosecha, aprovechar el aceite de oliva inservible para elaborar jabón.

Removíase la mezcla en grandes barreños de cerámica vidriada. Añadíase aceite de laurel y otro ingrediente que no recuerdo ahora, quizás glicerina. Batíase con palos largos de madera de avellano y la fuerza de los labriegos brazos. Y, ¡oh milagro!, ya estaba saponificado el aceite.

El mejunje se trasvasaba a cajones de madera, que eran apilados y puestos a desecar en las naves donde se entrojaba el grano. Cuando endurecía del todo era cortado con serruchos, primero en barras largadas y luego en tacos. Era un jabón muy bueno y sano. 

Una mañanita de verano, al asearme en mi tocador con aguamanos de jofaina y palangana de porcelana, advertí en mi mendrugo de jabón huellitas de uñas y roeduras de dientecillos. Y así día a día y noche a noche de un estío calefaciente.

Tracé un plan, que ejecuté en la alta noche de la luna llena de agosto mientras velaba quieto y a oscuras. Sonar las dos en el reloj del salón y oír que el ratoncillo roía en mi jabonera fue todo uno. Era rabilargo y morripelúo. Preciosísimo. Le dejé hacer sin moverme. También los ratoncillos son hijos de los dioses.

Tardé en dormirme y lo hice pensando en que apenas sí faltaba un rato para la llegada del agua por la gran acequia, pues aquella amanecida era nuestro turno de riego. El capataz me despertó a las seis y media con la contraseña convenida. Tres pedrejones contra mi balcón.


A la noche siguiente corté a navaja el jabón de aceite en dos cachos parejos. Uno para el ratoncillo y otro para mí, que guardé en la mesilla de noche, con el orinal, la linterna, un ovillo de hilo de bramante, el libro de las aventuras de Guillermo Brown de la editorial Molino y... una foto de Silvana Mangano en “Arroz amargo”, recortada de la revista Fotogramas. El animalico mordedor entendió mi propuesta. Él no debía comerse mi pedazo ni yo lavotearme con su trozo. Ambos cumplimos como caballeros.


Llegado que fue el tiempo de volver al colegio, bien pasado el veranillo del membrillo, el ratón estaba tan cachigordete que se le juntaban las mantecas. Yo estaba flaco como siempre, tostado y vivo. Triste por la vuelta a la capital, más contento con mi secretillo.

sábado, 16 de noviembre de 2013

Palmera


(foto tomada por mí)

¡Infancia! ¡Campo verde, campanario, palmera,
Mirador de colores: sol, vaga mariposa
Que colgabas a la tarde de primavera,
En el cenit azul, una caricia rosa!

Juan Ramón Jiménez
Elejías

domingo, 10 de noviembre de 2013

Neo-capitalismo salvaje y sucio


(Tomé la foto en las sucias calles de mi barrio)

Si el escobón del salvaje neo-capitalismo liberal está barriendo de su lugar al sol a las clases medias y obreras de nuestro país ¿sería mucho pedir que los ejecutores de tan fulminante designio limpiaran la mierda que inunda las calles de Madrid?