domingo, 4 de julio de 2010

LA NOCHE MÁS ORIENTAL XII


( capítulo duodécimo )

Por añadidura, siendo yo niño de orden y lógica, en la bendita noche de los reales magos de un año de anteantaño tuve una experiencia preternatural. La pared de mi cuarto se iluminó y me invadió una emoción profunda. Era una luz tan hermosa como la de un atardecer de otoño. La luz se convirtió en un bienestar tan absoluto que me desbordó de contento y me hizo comprender los asuntos de la Antigüedad. Al final tomó la forma de una cascada velada por organdí. Me dormí lleno de paz y armonía como si estuviera unido a la naturaleza de las cosas. De todas las cosas.

Sumido en tal iluminación, una fuerza interior me dijo que, pasadas las brumas del invierno, debía intentar conocer el mundo subterráneo de nuestro barrio, de manera que consiguiera llegar al colegio sin pisar aceras ni cruzar calles, entonces adoquinadas. Es decir, sin salir del mundo oculto, verdadera cuarta dimensión de lo que está ahí pero no vemos, de igual forma que una sola hoja de árbol puede ocultarnos la luna.

Ese mandato era de un hondo tan profundo que vislumbrar no pude su principio. Probablemente su origen se agotaba en mí mismo, igual que el corazón late por sí mismo y la mente piensa por sí misma. Cumplí el mandamiento en marzo siguiente y su relato pertenece a otro futuro escrito, pues en éste deseo renunciar a lo esencial para agarrarme a las pequeñas cosas que comparecen de mi pasado. Sólo puedo añadir ahora que, siendo invierno, la voz interior me decía que tras las nubes siempre está la primavera y que en primavera es bueno no olvidar que vuelven los inviernos y que debajo de la luz existe un mundo ciego. Ciego sí, mas lúcido y preciso. Como el rayo del amor o coup de foudre, según en qué idioma se mire.

6 comentarios:

  1. El capítulo duodécimo de la noche más oriental nos tenía preparados el regalo de esa noche mágica: puro lirismo y tierna poesía.

    He comprobado que esa noche no sólo era oriental sino que fue noche de luz penetrando en las sombras, noche de luna apartando la única hoja del árbol, nubes delatando primaveras próximas.
    Guillermo ha comenzado a descubrir la diferencia entre ver y estar ciego, el secreto del tiempo y del amor.

    Muy hermoso esta vez, Manuel. Jaque mate a Violeta.
    Mi admiración y un beso.

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  2. TENGO EN EL COBERTIZO UNA BOTELLA DE AGUA DE REGALIZ, RESERVA DE MUCHISÍSIMOS AÑOS. ALLÁ ESPERO A TUS RIZOS Y A TU CECEO ( ¿ZEZEO ? ) ME LAVARÉ DETRÁS DE LAS OREJAS...BESOS

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  3. Sí, así llegamos al conocimiento interior: por sorpresa y sin otra preparación que la ilusión y el corazón en danza con la física invisible. En esa evocación nos arrastras a nuestra propia noche de la mano del niño Manuel María.

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  4. LUZ DE LUNA EN CEDAZO DE ORGANDÍ...¡ME SOBREVINO CON SEIS O SIETE AÑOS!...Y EN ESAS ESTOY...¡LUNÁTICO "PERDÍO"! NO ME PUEDO SOBREPONER A ESA LUZ FILTRADA Y APENAS DERRAMADA...¡GRACIAS VANESSA REDGRAVE! ¡ERES "CLAVAÍTA" A ELLA!

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  5. Estan los que ven la vida como es y .. Dieu merci, los que la ven como podría ser, con una capacidad de imaginación inteligente que hacen de las pequeñas cosas algo fantástico.
    Bravo ,amigo Manuel y sigue así,s'il te plaît
    Un abrazo
    Maite

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  6. LA VERITÉ VRAIE EST IMPOSIBLE À ÉCRIRE, TANT ELLE EST SOUVENT INVRAISEMBLABLE ET PLEINE DE CONTRADICTIONS...
    ASÍ LO VEO YO, MI QUERIDA MAITE. ¡GRACIAS!

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Pienso que l@s comentarist@s preferirán que corresponda a su gentileza dejando yo, a mi vez, huella escrita en sus blogs, antes bien que contestar en mi propio cuaderno. ¡A mandar!