viernes, 5 de febrero de 2010

UN ARMA EN SU MANO XVI

(G. Grosz)
(...es continuación)


Ôsip no tenía malas entrañas, pero era ruso y le costaba ser amable. Me saludó así:
-¿Qué le sirvo?
Uno mismo tampoco es que sea muy efusivo. Pertenezco, más bien, a la escuela del Actor'studio:
- Lo de siempre.Doble.

Bien mirado, sobraban las disquisiciones. Mi encomienda al barman estaba cancelada. El trabajito que Sheridan me había endosado, out. Yo hacía caja con quinientos billetes de los de a mil y le pasaba cincuenta al ruso, por sus buenos oficios. El alcalde, dale que te pego beneficiándose a Hanna. Y esa fulana de tal, pasa que te pasa insider trading a los del trust. ¿Hay quien dé más? Sí, un servidor mismamente. Se me olvidaba que el tal Sheridan, el irlandés, daría con sus huesos en un fría mazmorra.

Todo tan bello como en la puta película del Capra ese. Pero...no. Algo no me cuadraba. La perfección no es de este perro mundo. Y los finales felices, menos. ¡A otro perro con ese hueso!

                                                                             (continuará...)

2 comentarios:

  1. A VECES LA PERFECCION SI ES DE ESTE MUNDO, AUNQUE SEA UN MUNDO DE PERFEDORES.

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  2. ME CONFORTA QUE MI AMABLE LECTORA PIENSE ASÍ. JRJ ESCRIBIÓ "...HE COMPRENDIDO...QUE EL HOMBRE NO DEBERÍA SOÑAR, SINO INTENTAR REALIZAR LOS ELEMENTOS DE SUS SUEÑOS"

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Pienso que l@s comentarist@s preferirán que corresponda a su gentileza dejando yo, a mi vez, huella escrita en sus blogs, antes bien que contestar en mi propio cuaderno. ¡A mandar!