martes, 17 de agosto de 2010

EL HUERTO INMEDIATO XII


( capítulo duodécimo )
( foto del autor )

La operación de desmontar la estructura de zinc de mi vergel hubiera requerido de un par de profesionales de esos que en el cine americano hacen desaparecer cadáveres por el desagüe de una bañera y limpian el escenario de un crimen, de forma y de manera que ni el FBI, con todo su esplendor, encuentra una puta prueba de la matanza del día de San Valentín. El “window dressing” navideño de las cuentas y balances de las sociedades y fondos de inversión es un juego de ursulinas comparado con mi trabajillo septembrino.

Como quiera que mi conocimiento de los bajos fondos de Madrid era, por entonces, limitado, pedí ayuda a dos amigos que andaban desnortados en los madriles. Uno era pobre y el otro muy rico. El pobre me ayudó, a cambio de instalarse en casa los días que durara su adecentamiento y la eliminación de las pruebas del hortelano delito. El muy rico me dijo compungido que se iba a pasar unos días, el muy mamón, a Saint Jean Les Pins, en la Costa Azul.

Siempre me ha enternecido la natural disposición de los ricos a prestarse entre sí la ayuda que niegan a los que verdaderamente la necesitan. Y quede claro que a mí los ricos me gustan, mas siempre he procurado no formar parte de la colección de ninguno de ellos. De muchacho advertí que algunos millonetis sufren de ataques de vanidad filantrópica. Mal asunto, sobre todo si se practica con dinero ajeno, cosa habitual en las Hispanias.

En la gran limpieza, que hubimos de extender al resto del piso, contabilicé ciento veintiocho vasos usados, noventa platos lisos de los grandes y noventa y ocho de los pequeños. No había ningún plato sopero. Cientos y cientos de cucharas y tenedores y muy pocos cuchillos. Todo ello más sucio que la sotana de un cura.

6 comentarios:

  1. Un alma libre no puede habitar en vitrinas de exhibición adineradas, es más dada a coleccionar vasos con los que beber las experiencias de la vida.
    Mis besos caballero

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  2. Manuel menuda operación , yo le llamaria operación secreta M.M. T .R. con todo el tinglado del huerto inmediato hecho un vergel por desmontar sin dejar huella ni vegetal y carnal......menuda tarea con lo que ensucia una mini huerta de esas carasteristicas.


    Esta bien eso de tener un amigo pobre y otro rico , para compensar y valorar lo que uno tiene,en el centro esta el equilibrio.

    Me pregunto de donde salio tanto vaso , tanto plato y tantos cubiertos , es que no fregaste en todo el verano la vajilla cristalería y cubertería , o es que la usaste para sembrar las plantas del huerto, esto me tiene intrigada , o es que distes unas fiestecillas detrás de otras para celebrar la recolección de la cosecha jajaja y por eso salio tanta suciedad.

    Bueno ya me contaras en el próximo capitulo por donde escapastes de este asunto que te traías entre manos de hortelano granadino.

    Un abrazo de MA y feliz semana amigo.

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  3. Me pregunto que indignaría más a tus padres si lo hubieran descubierto: los restos del huerto cosechado o el ajuar de platos, vasos, y cubiertos, delatores de fiestas bacanales con hortelanas confederadas.
    Me da a mí que la "señá" Pilar metió su naricilla en tus bolsas de basura y al final te la cargaste...

    "Poderoso caballero
    es don Dinero.

    Madre, yo al oro me humillo,
    él es mi amante y mi amado,
    pues de puro enamorado
    de continuo anda amarillo".

    Francisco de Quevedo y Villegas - Don Dinero

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  4. MARISA...NO SABEMOS AÚN LO QUE SUCEDIÓ, PERO "NO HE DE CALLAR, POR MÁS QUE CON EL DEDO/YA TOCANDO LA BOCA O YA LA FRENTE,,,"(cito de memoria y tú ya sabes...)
    CIERTO ES QUE EL CIELO SE PUSO COLOR DE HORMIGA...

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  5. Pues otra vez me he enganchado a tus relatos.
    La filantropía del rico tiene su utilidad pero cuánta grima da cuando se realiza con luz y taquígrafos. La generosidad del pobre tiene una hondura moral por lo que significa de dar al prójimo un trozo de la propia supervivencia. Voy a ver si leo las entregas atrasadas.

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  6. ¡AMALTEA,LA BIENREGRESADA! ¡CUÁNTO PLACER Y HONOR! ME ALEGRO EN EL CORAZÓN...

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Pienso que l@s comentarist@s preferirán que corresponda a su gentileza dejando yo, a mi vez, huella escrita en sus blogs, antes bien que contestar en mi propio cuaderno. ¡A mandar!