domingo, 22 de agosto de 2010

EL HUERTO INMEDIATO XIV y final




( capítulo décimocuarto y final )

( foto Yamamoto )

La portera acechadora no comprendió jamás el destino de su pato. Dícese que visitó a un psiquiatra, pues no hallaba razón de la desaparición, por arte de birlibirloque, de un ave encerrada en un patio de luces en un edificio de seis alturas. Era un pato virgen, que no había volado en su vida. Y dada la pequeña dimensión del patio, aunque hubiera sabido volar, que no sabía, la corta pista de despegue no le hubiera permitido alcanzar la altura necesaria para no despanzurrarse.

Es una historia cruel y la cuento con el corazón comprimido. Pero la vida de un pato prisionero por capricho de una portera agente doble es dura. Como dura era la vida de cualquier animal en la España cañí. Las cabras volaban desde los campanarios de las iglesias de pueblo. Los mozos rurales apaleaban a los pobrecicos perros mientras éstos se apareaban y prefiero no mentar a los miles de toros que son sacrificados cruelmente, cada año, en el ara de la llamada fiesta nacional ¡Qué salvajada!



De muy chico vi con estos ojitos que se ha de comer la tierra cómo, en una finca de Ávila y en invierno, los perros de una gran casa de labor dormían atados a carros y tartanas, en noches rasas, a diez grados bajo cero. Al cabo y a la postre, el pato sufrió poco, murió rápido y se ha convertido en una leyenda en esta parte del barrio. Algún precio hay que pagar por pasar a la historia. Y no se hable más de ello.



El verano terminó y volvió el barullo de la vida, esa gran parodia de la realidad. Se acabó mi estado de letargo y mi vocación de ermitaño a tiempo parcial. Si alguien de la familia advirtió indicios o sospechas de actividades paranormales, tuvo la delicadeza de callar, probablemente porque fingir ignorancia es menos fatigoso que indagar verdades inanes.



Empecé a ganarme la vida como leguleyo cagatintas, con gente poco divertida, si bien yo hubiera preferido regentar un casino o un burdel, inclinaciones ambas que cumplí años más tarde. He procurado que mi existencia no sea tan solo un episodio de la nada. La vida no obliga a nadie a ser una mierda. A evitarlo me ayuda la circunstancia de que mi época y yo no concordamos.



Cuando junté unos dineros, compré un buen tramo de tierra de sembradura, adecuada para que mi, entonces, arbusto del gran árbol de Bho pudiera crecer lo que quisiera. Hoy mide más de muchos metros y he logrado que mi árbol sagrado tenga la forma corporal del viento.

13 comentarios:

  1. Manuel me ha gustado la forma de criticar el maltrato animal en tu historia ,en nuestra España ,de la época que relatas tu vida y que tu maravilloso árbol sagrado por fin sus raices tubieran tierra firme en un trozo de huerta de tu propiedad y que creciera libre como el viento nunca mejor dicho.
    Amigo con este final me has dejado buen recuerdo de tu huerto inmediato y deseo que traigas nuevas historias a este blog,con tus buenas letras, para seguir leyendo tus interesantes historias por capitulos.
    Un abrazo de MA para ti amigo Manuel.

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  2. Este huerto ha tenido misterio, intriga, sudor, romance, ha sido un camino iniciatico hacia caminos futuros que hsn traido hasta nosotros sus letras, sus pensamientos, sus sentimientos...
    Bueno caballero y ahora, ¿para cuando más andanzas de este joven aventurero?
    Besos

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  3. Siento curiosidad sana por saber cómo es ese árbol sagrado que lleva en sus raíces y en sus ramas tanta historia y vivencias maravillosas y ........verdaderas.
    Mil besos, amigo

    Maite

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  4. No dejo de admirar tu mirada de niño, dentro del adulto.

    Mi sensación es que la vida, tú vida, la de cualquiera que se vaya a comer la tierra, está expuesta para nosotros, con todos los caminos abiertos para ser recorridos.

    ( Me han encantado los guiños.)

    Te envío otro, pero esta vez, con un sonrisa!!

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  5. QUERIDA MAITE: FOTO NO TE PUEDO MANDAR, PUES NO CONVIENE A SU NATURALEZA SAGRADA. PERO...HABLARÉ CON MI ÁRBOL PARA PEDIR SU PERMISO Y LLEVARTE DE VISITA CUANDO VENGAS AL CENTRO. BESOS...

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  6. SUSI QUERIDA, MI INFANCIA ESTÁ DURANDO MÁS QUE MI PROPIA VIDA...NOS VEMOS EN TU MIRADOR...BESO

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  7. Enhorabuena por el capítulo que cierra este "Huerto Inmediato". Nos has hecho pasar muy agradables ratos, Manuel.
    Un beso.

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  8. Me dejas tanto pensando al leerte... puedo besar tus ojos de niño y mirada de hombre... me gusta quedarme enredada en tus letras un saludo en la distancia..

    Ledeska

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  9. El viento le ha dado al forma a tu famoso árbol
    sagrado.
    Entretenido relato.
    Besos querido amigo

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  10. PUES...SERÁN LOS BUENOS OJOS CON QUE ME LEES, QUERIDA MARIANGARDI...¡GRACIAS!

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  11. Otra opinión femenina. También me encantó leer tus recuerdos de niño en un campo de Ávila, tu opinión sobre utilizar a los animales como divertimento, de qué?? trato de averiguar desde hace muchos años, sin hallar respuesta posible.

    Por fin se van terminando las vacaciones, el calor, todo vuelve a la rutina que nos atrapa durante nueve/diez meses al año, dejándonos algo libres, como el pato salvaje, bueno la sra portera-espía se había encargado de truncar su destino, los meses de verano, para que la echemos de menos... (a la rutina).

    saludos. Me agradó la lectura.

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  12. ¡GRACIAS LEMAKI! ¿EXISTEN OPINIONES MEJORES QUE LAS VUESTRAS?...CREO QUE NO, QUE NO EXISTEN. ¡AMÉN! LA SRA.PORTERA ERA UNA BIRRIA DE ESPÍA, Y LAS CORRIDAS DE TOROS UN SALVAJE ANACRONISMO. BESO

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  13. Y llegué al XIV. Me ha encantado este relato con todos los condimentos que cierra con un pato a la naranja y el crecimiento libre a merced del viento. ¡No le faltó nada!
    Me llevo una frase del IX "Los encierros son largos de vivir y cortos de contar".
    Todavía me quedan unos cuantos relatos del blog archive por leer. Por aquí andaré, Manuel.
    Besos van!

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Pienso que l@s comentarist@s preferirán que corresponda a su gentileza dejando yo, a mi vez, huella escrita en sus blogs, antes bien que contestar en mi propio cuaderno. ¡A mandar!