viernes, 13 de agosto de 2010

EL HUERTO INMEDIATO X


( capítulo x )

( foto del autor)
Me llevé al huerto a unas pocas mozas extranjeras, de las que se matriculaban en los cursos de verano de la facultad de Filosofía y Letras de la Complutense. Yo recitaba a Lorca y ellas miraban mis verduras, hasta que se tocaban nuestras miradas. Advertía en ellas la ternura que a veces se siente ante una persona terminantemente decidida a llegar hasta el final, en busca de un objetivo imposible de alcanzar. Las que habían nacido en el campo me reconocían como a un igual, aunque Andalucía quedara lejos de Georgia y mi huerto fuera una maqueta o remedo de tal.

Pero Lorca es mucho Lorca, Los Panchos funcionan casi siempre y yo las amaba casi tanto como a mis matas. Nos sumergíamos en la música como en el mar. ¡Qué sentimentales y tiernas pueden llegar a ser las yankees, o las confederadas, cuando les tocas la tecla... romántica! No entendía la mitad de lo que me decían, pero seguro que era muy bonito. Conste que me atuve a mi regla: es inmoral acariciar a una chica que no te gusta. El escrúpulo desaparece si tú tampoco le gustas a ella.

Para mejorar mi swing con las gachises foráneas, quienes me liberaron de tantas y tan viejas represiones y tabúes, tomé unas clases de guitarra española con un maestro que era conserje del Ministerio de Obras Públicas y vivía en un chalet muy gracioso en la colonia de la “Prospe”. Yo tenía más afición que oído y la naturaleza no quiso obrar el milagro de convertirme en el único semoviente de mi viejo linaje, que se remonta a Adán y Eva, que lograra articular tres o cuatro notas musicales seguidas y acordes. ¡No se puede tener todo en la vida! Antes bien, es más probable no tener “naíta de naíta”, como lamentaba una maritornes familiar al contemplar el vacío y ruina de la despensa de sus señores. “Está la alhacena que se descalabran los ratones” se decía en Madrid.

Al atardecer, cuando decaía mi solitario ánimo, recurría a un método homeopático. Así como el veneno se cura con veneno, si me sentía triste leía a Schopenhauer, cuyo pesimismo telúrico y ontológico me suministraba inmediatamente la ración de optimismo que necesitaba. No acudí, por contra, a la medicina alopática y eso que por aquel entonces la simpatina y la centramina se vendían a go-gó, y sin receta, en cualquier botica. ¡Prohibición de la píldora anticonceptiva! ¡Barra libre para las anfetaminas psicoestimulantes! ¡Qué disparate de régimen!

10 comentarios:

  1. Usted así al natural, con la droga dura de las letras y el arte que siempre es más estimulante.
    Besos

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  2. Sin ética no hay estética!!
    Acabo de llegar de Estrasburgo y cada vez me gusta mas èste huerto, veo que de pronto has rejuvenecido, quizás el señor de la otra foto me gustaba más, era muy tierno y ahora le ha quitado el puesto un cuarenteño que va a por todas. (en el buen senso de la palabra)
    Un abrazo, creo que me debes algo, es justo!!

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  3. Lorca paseando por el reverdecido huerto de la seducción...Verde que te quiero verde, mejor que si tú me dices ven lo dejo todo...

    "La guitarra hace llorar a los sueños"
    F.G. Lorca - Las seis cuerdas.

    (¡Qué no florecerá en ese huerto de Dios...!)

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  4. No se si ligabas, amigo Manuel, o seducías con tu hermoso huerto y los misterios que encerraba.

    Creo que tu árbol crecía al mismo tiempo que descubrías una " époque dorée "

    Un abrazo

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  5. JaJajja que bueno Manuel ,tu con tu trocito de huerto de la vega de Granada en Madrid te llevabas al huerto a todas las feminas extranjeras universitarias que se dejaran jeje y en tu paraíso cerrado para ti eras el rey del huerto inmediato, cuanto aprendistes ese verano y cuanto te enseno el huerto y las chicas liberadas de otros lugares del mundojeje.

    Gracias `por compartir tu huerto inmediato con todas tus lectoras pues somos más lectoras que lectores, por eso tu escribes para las mujeres y se nota tu seducción en tus textos.

    Un abrazo de MA para ti amigo desde nuestra Granada de antaño ,la de la vega de Granada la Granada de García Lorca.....

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  6. MI QUERIDA COLEGA Y PAISANA MA:
    ES EVIDENTE QUE TENGO ALGUNAS LECTORAS Y CASI NINGÚN LECTOR. ¡SIEMPRE PENSÉ QUE SOIS MÁS BELLAS, CULTAS Y SENSIBLES QUE LOS HOMBRES! SUPONGO QUE LAS COSAS SON COMO SON POR RAZONES DIVERSAS Y PROFUNDAS...¡YO ESTOY BIEN CON LO QUE TENGO! UN ABRAZO

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  7. MARISA, "NO DETENGAS TU CAMINO POR TUS INDECISIONES...¡LLORAR CONTIGO SERÁ MI SALVACIÓN!..." ADEMÁS LOGRÉ TENER UN "FÉRTIL SUELO, PRODUCIDOR ETERNO DE CONSUELO".
    ¡QUÉ QUIERES QUE TE CUENTE, LIMEÑA, QUE TÚ NO SEPAS"

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  8. AMIGA DE LOS 40...¡SE HACE LO QUE SE PUEDE, EN AMBOS TERRITORIOS RESBALADIZOS!

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  9. Este es su tercer post que leo, puesto que al leer el de hoy martes 17 de agosto, no me ha quedado claro de dónde venía el vergel y la historia anterior... remontando he llegado a este post y me han agradado los tres.

    No está de Rodríguez, verdad? es solo que nos transmite su impresión de lo que le rodea, en este instante: el verano, la ciudad de Madrid, las guiris (no sé si se escribe así) haciendo cursos, la limpieza de su casa (están los pintores...).

    Ha sido placentera su lectura.

    saludos.

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  10. ¡MUCHAS GRACIAS A LEMAKI! NO. NO ESTOY DE RODRIGUEZ. SIMPLEMENTE SOY UN NIÑO QUE NACIÓ URBANO, PERO QUE DESEA, DE MAYOR, SER HORTELANO.
    ES USTED MUY AMABLE...¡SU COMENTARIO ES CONMOVEDOR!

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Pienso que l@s comentarist@s preferirán que corresponda a su gentileza dejando yo, a mi vez, huella escrita en sus blogs, antes bien que contestar en mi propio cuaderno. ¡A mandar!