sábado, 27 de marzo de 2010

LOS HOMBRES HUECOS


El poeta británico, atrapado en el cuerpo de un filósofo
estadounidense, reformó su vida sin revolucionarla.
Él mismo lo escribió al final de "Los hombres huecos":
"así termina el mundo,
no con una explosión, sino con un sollozo" (1925) 

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