lunes, 11 de octubre de 2010

¡AL SOL DE LA BELLEZA! ¡LA PRIMAVERA! XII


( capítulo duodécimo )

Me dediqué a otros aprendizajes. Antonio Ron, mi amigo comunista, volvióse inseparable compañero. Impecune, divertido y culto, padecía de “pájaras negras” según su autodiagnóstico. Hoy diríase que tenía tendencias depresivas. Siempre conmigo, incluyendo guateques y visitas a “los salones bien” de Madrid. Era brillante si estaba de buen humor. Si estaba “down”, podía ser corrosivo y destructivo. Por contra, mi sangre latía a toda pastilla y yo estaba vivo hasta durmiendo. Dado que para mí era evidente que el universo, ya sea en expansión o en contracción, tiende al caos, cuando éste se aproximaba, yo buscaba a Ada, porque ella era la última línea defensiva.


Si el Ron se ponía depresivo nos largábamos los tres al pueblo de Brunete, y, en Casa Campa, nos metíamos para el cuerpo sendas perdices estofadas y una arroba de vino tinto manchego con sifón. Luego pasábamos la tarde en la finca de mon père. Chimenea si invierno, piscina si verano.

Por entonces andaba yo en un Mini Morris 1275 cc. ¡Qué digo andaba, volaba! El Ron y yo, cuando se terciaba y teníamos efectivo, nos largábamos al Mar Menor, a jugar al póker en la fonda Neptuno de mi amigo Inocencio, entonces “compadre” del alma. Pagué la última letra del coche cuando terminé Derecho para ingresar en la Escuela de Cine. Al revés: acabé la carrera cuando pagué la última letra. Y cumplí con el obligatorio servicio militar. ¡Qué inútil desperdicio de tiempo!


Ada y yo obtuvimos el premio extraordinario de licenciatura o de fin de carrera o como se llamara o llamase. El de ella, en la rama de Derecho Público. El mío, en la del Derecho Privado. Sin hacer alharacas. Nos entrevistaron en los diarios “Arriba”, de color azul falangista y “Ya”, amarillo Vaticano. Conservo la foto de ambos periódicos. En la de Ada añadí, para mi álbum, este pié:


“…inmensa hermosura
aquí se muestra toda, y resplandece
clarísima luz pura,
que jamás anochece;
eterna primavera aquí florece…”

¿De quién tomé los versos? ¿De Fray Luis de León, quizás?


Sigo en el mundo del cine, ahora más bien en el de la TV. Un crítico más mejor que los demás escribió un día sobre mi obra: “…su cine es literario y su literatura, cinematográfica, pues no consigue separar ambos géneros”. ¡Qué cabrón! ¡Vaya manera de afinar! Mi literatura... Sí, también escribo. Guiones para series de televisión. Guiones nutricios, que me permiten seguir viviendo en mi barrio de nacencia. Alguna colaboración para Prisa, donde piensan que soy un ácrata de salón. Un señorito desclasado, pero señorito a la postre. ¡Qué “quedrán”! que dicen en Granada.

7 comentarios:

  1. Felicitaciones Manuel por la narración del episodio del capitulo XII me encanto leer todo lo que cuentas en el y como lo cuentas.

    Ya sabemos un poco más de tu vida de antaño en la bellleza de tu juventud.

    Un abrazo de MA para ti desde tu querida Granada para Madrid ,dicen que de Madrid al cielo pero primero pasando por Granada tierra soñada por muchos hombres de buena voluntad.

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  2. AYYYYYYYYY!!! MI QUERIDO Y CARISMATICO AMIGO.."NO ANDABA,VOLABA!!" EN ESE MINI MORRIS MAS RON!!...NI SIGO...AUNQUE PODRIA ,VISTO QUE ADA ,SIGUE AQUI!!
    OJO,QUE NO SE CAIGAN TODOS LOS VELOS!!
    UN BESO Y MI DESEO DE UNA BUENA SEMANA PARA TI!
    BARBARA

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  3. Equilibrios y aventuras que nos dejan entrever cada día, un parte más humana y sentimental del noctívago impenitente, eterno amante de incansable curiosidad.
    Un beso, sin más, pero beso.

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  4. Gracias amigo Manuel, por dejar tu hermosa huella en mi blog ,tu blog amigo, con un comentario sellado ,que me ha llegado al alma, de mujer sensible que soy.

    Un abrazo de MA desde tu Granada querida...

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  5. Bárbara, querida mía:
    Rasgaré velo tras velo, a fin de descubrir a la postre el verdadero rostro de la esfinge...

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  6. ¡Muchas gracias, María,la del alado sombrero!
    Hasta el rabo, todo es toro...

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  7. Manuel, confieso tener dependencia de estos capítulos de la telenovela de tu vida, intrigada con Ada y sorprendida de que quisieras ser objetor de conciencia. Me ha impresionado también ese premio extraordinario que yo nunca conseguiré si sigo enganchada a tu blog.

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Pienso que l@s comentarist@s preferirán que corresponda a su gentileza dejando yo, a mi vez, huella escrita en sus blogs, antes bien que contestar en mi propio cuaderno. ¡A mandar!