(foto del autor)
La mujer-niña de Oriente se vino a Occidente gracias a un pasaje oculto. Huía de un hombre malo, bebedor y violento.
Su familia de La Habana la protegió, que para eso están, o debieran estar, las familias como Dios manda.
La niña-mujer es alegre, reidora y fuerte. Tiene la piel y los ojos claros. Gusta de bailar y cantar, pues dice que sus padres son música y canto, allá en las noches del Oriente cubano.
Echa de menos, ahora en la vieja y torpe Europa, a su familia de ultramar, pero no se queja. Siempre contenta, se sube al autobús y sueña. Con su isla, su Oriente y su gente.
Ríe con fuerza, la fuerza de una mujer sana que trabaja y estudia cosas, sus cosas. Lengua inglesa y fotografía.
Ahora es explotada por el sistema capitalista y de mercado. Allá lo fue por el otro sistema, el comunista y planificador ¡Puta vida!
Su isla le va a faltar, pero ha encontrado la paz y la vida normal que necesitaba.
ResponderEliminarMuy bueno
En millones de personas se cumple lo que cantaba Blades: si naciste pa martillo del cielo te caen los clavos. No sé si algún día se podrá hacer algo para evitar esa desgracia universal.
ResponderEliminarMuy sugerente foto la de G. Rodero.
Buen texto he leído en tu escrito amigo Manuel dice mucho en sus palabras, verdades como templos...
ResponderEliminarLa mujer-niña aquí y allí...allí y aquí... esclava del sistema.
Besos de luz.
MA.
Lo que nos empeñamos en hacer de ella, Manuel. Hoy mismo lo comentaba: nuestra sociedad no está hecha para el ser humano. Pero es así como la hemos moldeado; no sé si ahora tenemos derecho a quejarnos. Personalmente, aunque mi vida no sea muy típica, me considero tan responsable como el resto: yo tampoco he conseguido pararlo. Y no basta con huir. Besos.
ResponderEliminarUna preciosa historia que trae recuerdos gratos y tristes...
ResponderEliminarUn adios que me recuerda al que dije alguna vez.
Linda manera de describir a una mujer, una manera en la que solo lo hace un amante de ellas y un escritor como tu, de primera.
Las fotos son perfectas, casi verdaderas...
Un gran abrazo y un beso especial.
Somos carne de cañón. Conviene reconocerlo, unifica mucho. Beso.
ResponderEliminarBuen análisis...
ResponderEliminarFrases certeras. ¡Qué cosas tiene esta vida_!
Un gran abrazo, Manuel María!
Por más que aparente cambiar el sistema, siempre subyace y planea el 'antisistema' de esclavitud de la mujer. El maquillaje aún es poco efectivo para tapar cicatrices.
ResponderEliminarMuy interesante lo que expones.
Que tal Señor poeta..no existe el sistema sino un mundo dirigido por un par de locos...que les importa nada que el mundo se parta en dos...buen texto y veces en nuestra propia tierra nos sentimos extranjeros...en este lado del planeta hay miles exactamente iguales como la de tu historia.
ResponderEliminarun abrazo poeta y miles de saludos.
Vaya mierda de vida, sociedad y destino
ResponderEliminarMás besos estos ya con carmín para manchar y dejar huella