La sombra de Charles Bukowski (1920-1994) se extiende por toda la ciudad de Los Ángeles. Era un viejo indecente, todo el mundo lo sabía. Un ludópata, un alcohólico y, en demasiadas ocasiones, un violento. Un canalla, en suma.
Bukowski era un mentiroso. A veces contaba que nació en California, pero en realidad lo hizo en Andernach, Alemania, en 1920. Hijo de inmigrantes, dio sus primeros pasos Los Ángeles. Luego se mudó. Y así una y otra vez. De pequeño nunca se planteó qué quería ser. De mayor tampoco, confesaría después.
Bukowski pasó la adolescencia frustrado y con la cara llena de granos Era un chico tímido, callado y solitario. No tuvo ni novias ni amigos.
En 1939 se graduó en Los Ángeles High School , como cuenta en su novela "La senda del perdedor", y entonces fue cuando todo cambió. Una tarde, ojeando las estanterías de la Biblioteca Pública de Los Ángeles , descubrió "Pregúntale al polvo" de John Fante y, con él, el llamado realismo sucio.
Fue acumulando trabajos uno tras otro como cromos de una colección. Escribió alguna poesía, algún relato breve, pero no fue hasta los 51 años cuando vio que podía ganarse la vida con la máquina de escribir y publicó su primera novela, Cartero.
Entre tanto encontró un empleo como funcionario de correos y se casó con Barbara Frye, alter ego del personaje de Joyce en Cartero. La relación no duró demasiado y al poco tiempo se divorciaron. Después conoció a Frances Dean en un lúgubre antro del Hollywood este. Con ella tuvo a su única hija, Marina, que nació en 1964.
Bukowski era un hombre muy poco atractivo y no fue hasta que empezó a tener éxito como escritor cuando las mujeres comenzaron a acercarse a él. Como la relación con Frances Dean tampoco cuajó, conoció a la escultora Linda King, con la que mantuvo una turbulenta aventura de amor, maltrato, gritos e infidelidad durante varios años. Con ella no se casó, pero sí con Linda Lee Beighle, que se convertiría en su última pareja.
Los 70 fueron una buena época para Bukowski. Empezó a ganar nombre como escritor y, con él, mucho dinero. Además de jugar a las apuestas, se permitía el lujo de ir a comer al restaurante Musso & Frank Grill, uno de los más populares entre las estrellas de Hollywood. Allí solía pedir cordero y vino blanco dulce para acompañar. Lejos quedaban los años de malvivir, pasando de pensión en pensión y de casa en casa.
Fue su época más tranquila. Pasaba las tardes en el hipódromo de Hollywood Park. Por las mañanas se dedicaba a escribir poesía en el patio de su casa y comenzó a recoger gatos de la calle. Aunque había llevado una vida de excesos, disfrutó una considerable buena salud hasta el final. Tras recibir quimioterapia en el tratamiento contra la leucemia, Charles Bukowski murió el 9 de marzo de 1994.
( Esta entrada es una condensación y reducción, a la mitad de su tamaño original, de una crónica publicada por Sergio Sauce en El País )
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