jueves, 8 de abril de 2010

UN ARMA EN SU MANO XXXI


                                                             
                                                                      (...es continuación)
                                                           Cortesía de Mme De Stael

Me cansé, Mono, pura y simplemente, me cansé de andar siempre con mano escasa. No soportaba lavar más grasa de cabezas tiñosas en aquella peluquería de mierda del West Side, de limar las uñas a tanto marica disfrazados de macarrillas de bolera, de sonreír y contonearme por cada dólar de propina metido en el bolsillo del uniforme mientras me pellizcaban el culo, sin puta gracia alguna.
Así que decidí aceptar la invitación de O´Neill para pasar un fin de semana en los Hamptons, dado que su dulce mujercita llevaría a sus monstruos cuellicortos a visitar a los abuelitos.

Sé que no soy nada original, ni zorras ganas que una tiene de serlo. No me ando preguntando por qué el mundo es una mierda, solo quería que dejara de ser una mierda para mí o que hubiera mierda para todos.

Pero, ¿sabes?, no me sentí humillada ni horripilada cuando le ví acercarse sudoriento en Central Station, con aquella rijosa sonrisa gelatinosa que dejaba ver un diente de oro al lado del colmillo izquierdo. El muy hijo de mala madre tendría poder, dinero, y un precioso abrigo de vicuña, pero yo era una guapa pelirroja un poco perdida, como solamente puedes estarlo con veinte años, sin familia ni un puto pavo en el bolsillo.  

Mi madre me decía que las mujeres nacemos para tocar una melodía, y que, con suerte, algunas logran cambiar la letra. “Está bien mamá”-pensé cuando subía al tren en first class- “ha llegado el momento de cambiar la letra. ¿No dicen que hay corrupción? ¡envido mi resto!”

4 comentarios:

  1. Continúo divirtiéndome mucho con tu historia.

    Tienes un humor díficil de encontrar hoy en día, cuando casi todo el mundo escribe igual y se agradece.
    Un saludo.

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  2. ¡MILLONES DE MILLONES! SE AGRADECE TU SENSIBLE MIRADA A ÉSTA NOVELITA POR ENTREGAS. SÍ, HOY ESCRIBE CASI TODO EL MUNDO, Y ELLO ES POSITIVO, SI NO FUERA COMO UNA ESPECIE DE CAUDAL DE LETRAS GRISES...Y UNIFORMES. ¿CHARLAREMOS?

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Pienso que l@s comentarist@s preferirán que corresponda a su gentileza dejando yo, a mi vez, huella escrita en sus blogs, antes bien que contestar en mi propio cuaderno. ¡A mandar!