( foto del autor )
Me llevé al huerto, a mi huerta, a unas pocas extranjeras de las que hacían cursos de verano en la facultad de Filosofía y Letras. Yo recitaba a Lorca y ellas miraban mis verduras, hasta que se tocaban nuestras miradas. Advertía en ellas la ternura que a veces sentimos ante una persona determinada a llegar hasta el final en busca de objetivo imposible de alcanzar. Las que habían nacido en el campo me reconocían como a un igual, aunque Andalucía quedara lejos de Georgia y mi huerta fuera una maqueta o remedo de.
Pero Lorca es mucho Lorca, Los Panchos funcionan casi siempre y yo las amaba casi tanto como a mis matas. Nos sumergíamos en la música como en el mar. ¡Qué sentimentales y tiernas pueden llegar a ser las yankees, o las confederadas, cuando les tocas la tecla... romántica! No entendía la mitad de lo que me decían, pero seguro que era muy bonito. Conste que me atuve a mi regla de conducta: es inmoral acariciar a una chica que no te gusta. El escrúpulo desaparece si a ella tampoco le gustas tú.
Para mejorar mi swing con las “gachises” foráneas, que me liberaron de tantas y tan viejas represiones y tabúes, tomé unas clases de guitarra española con un maestro que era conserje en el Ministerio de Obras Públicas y vivía en un chalet muy gracioso en la colonia de la “Prospe”. Yo tenía más afición que oído y la naturaleza no quiso obrar el milagro de convertirme en el único semoviente de mi viejo linaje, que se remonta a Adán y Eva, que articulase tres o cuatro notas musicales seguidas y acordes. ¡No se puede tener todo en la vida! Antes bien, es más probable no tener “naíta de naíta”, como predicaba una maritornes al contemplar el estado de vacío de la despensa de sus señores. “Está la despensa que se descalabran los ratones” se decía en Madrid.
Al atardecer, cuando decaía mi solitario ánimo, recurría a un método homeopático. Así como el veneno se cura con veneno, si me sentía triste leía a Schopenhauer, cuyo pesimismo telúrico y ontológico me suministraba inmediatamente la ración de optimismo que necesitaba. No acudí, por contra, a la medicina alopática y eso que por aquel entonces la simpatina y la centramina se vendían a go-gó, y sin receta, en cualquier botica de barrio.
Testigo soy de que Madrid en verano no es Baden-Baden. Con familia o sin ella, es más bien un terrible poblachón manchego con vistas a la nada. Ni siquiera a un mar presentido. Siempre con Góngora:
«Dejadme llorar
orillas del mar.»
Los huertos dejan huella. En las manos del cuerpo y en las del alma. Su siembra, abono, desinsectación y desinfectación, su riego, y también la labor de guiar de las plantas trepadoras por sus correspondientes cañizas, huellas son. El momento mágico de juzgar si un tomate sabe mejor esta madrugada o a siguiente, marca trazas. Consumir en seis o siete días, en plan crudité, kilos y kilos de plantas hortenses imprime carácter. Huellas dejan los huertos. Y más si son inmediatos, como el mío.
Así cantaba yo, por tientos, a mis “salvaoras” nínfulas:
«Inmediato.
En este huerto inmediato
donde beben mis palomas,
yo me siento
y me distraigo un rato
con ver el agua que toman.»
A juro que la guiri de guardia se quedaba in albis y me miraba como las vacas al tren. Y yo me marcaba una petenera, cante que para unos nació en las antiguas juderías españolas y para otros en un pueblecito gaditano níveo de cal moruna:
«Ven acá, “remediaora”,
y remedia mis dolores;
que está sufriendo mi cuerpo
una enfermedad de amores.»
Y se hacía una luz de luna que aclaraba todo.
Tus extranjeras entendieron tu huerta y con un intercambio de ideas pasasteis un buen momento.
ResponderEliminarUn saludo
Huerta, guitarra, peteneras, ojos caídos, mirada arrebolada -¿o eran mejillas?- pero chiquillo, si eres un pozo de sabiduría en lo que se refiere al cortejo y danzas amorosas. Tanta dedicación a la humanidad femenina y a los tomates, merece una plaza en tu pueblo y que te nombren hijo predilecto.
ResponderEliminarManuel, felices fiestas y un 2012 que sea inolvidable por lo bueno, no por lo apocalíptico.
Un abrazo.
Ahora entiendo muchas cosas, ;), decididamente como hembra de aquellos tiempos, ja,ja a mi me gustaba el otro papel, el mismo que a ti, el activo, el conquistador. Decididamente ser territorio conquistado resultaba altamente aburrido. Ja,ja, ¿y si ahora a la vejez viruelas, pero sin sarpullido? Ja,ja.
ResponderEliminarAy es que me encanta la ironía, no pretendía molestar.
Feliz Navidad. Bs.
Estas palabras mensajeras a traves de las distancias, deseo lleguen a ti y seres queridos , portadoras de cariño y energias de BienEstar:
ResponderEliminarQue tú corazón esté ligero y tus bolsillos pesados.
Que la Buena suerte te persiga.
Que cada día y cada noche tengas muros contra el viento, y un techo para la lluvia.
Que tengas alimento junto a la fogata y, risas para consolarte.
Que aquellos a quienes amas estén cerca de ti,
Y........todo lo que tú corazón desee!
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FELIZ NOCHEBUENA..FELIZ NAVIDAD!!
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Abuela Cyber
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Teu Blog AMERICA, AMERICA... Ele não tem lugar para comentar...
ResponderEliminarBeijo
Buen Año 2012 !!!!!!!!!!
ResponderEliminar“Tú eres lo que es el profundo deseo que te impulsa.
Tal como es tu deseo es tu voluntad.
Tal como es tu voluntad son tus actos.
Tal como son tus actos es tu destino.”
-Brihadaranyaka Upanishad IV.4.5..
Siempre podemos escoger entre vivir el mundo cual lo conocemos o cambiarlo en el que deseamos, la decisión al final es de cada uno según decida ejercitar su libre albedrío.
Que este nuevo año nos brinde paz, amor, salud, armonía, unión, felicidad y prosperidad.
Para ti y seres queridos un Buen Año 2012!!!!!!.
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Abuela Cyber